Tenían poco tiempo para llevar acabo los objetivos fijados en la reunión del consejo. Fue así como abrimos la caja de los malditos.
Ya en aquella época, pasados cientos de años desde la era de las ciencias lo eran todo. Queríamos conocerlo todo y muy rápido. Para eso nuestros científicos y religiosos inventaron una potente droga derivada del deuterio, con la cual se formaban pecios en nuestra cortezas cerebrales. Estas expandían y contraían nuestras conciencias a niveles que jamas imaginamos. Bajo los efectos de estas se conseguían las proezas mas imposibles, pero esta droga tenia un elemento bastante toxico para los seres vivos, el mismo deuterio. Con no muchas ingestas, el sujeto perdía el control de si mismo.
Así empezó el cisma entre la casta religiosa y la de los navegantes. Los religiosos aseguran que seres de otra galaxia ocupan nuestro lugar de los consumidores en nuestro plano. Y los navegantes afirman que no se trata nada mas que de un complejo disociativo propio de navegar entre planos de existencia. No hace falta decir que para algunos, la astronavegación es mas fe que ciencia.
Hace algún tiempo vi a un miembro de la casta religiosa usarla, un antepasado de la estirpe de AVALI. Este, fue capaz de dibujarnos con su mente, un dibujo en el aire de nuevas rutas en nuestro universo. Haciendo lo que las maquinas de los navegantes tardaban en hacer horas, incluso días a veces. Poco tiempo después hubo que encerrarlo en una campana multiforme, ya que se creía fervientemente que su cabeza implosionaría y traería a nuestro plano una flota de estrellas de la muerte. Así paso el resto de su vida hasta que nos atacaron. Ese día se le permitió coger una nave con la que combatir a nuestros enemigos. Aun todavía sus descendientes cargan con la maldición del deuterio.
Así fue como comenzamos a tomar de nuevo la droga del deuterio, para conseguir una solución a nuestros problemas. Todo el mundo pudo ver hasta donde había llegado nuestra desesperación.
Ya en aquella época, pasados cientos de años desde la era de las ciencias lo eran todo. Queríamos conocerlo todo y muy rápido. Para eso nuestros científicos y religiosos inventaron una potente droga derivada del deuterio, con la cual se formaban pecios en nuestra cortezas cerebrales. Estas expandían y contraían nuestras conciencias a niveles que jamas imaginamos. Bajo los efectos de estas se conseguían las proezas mas imposibles, pero esta droga tenia un elemento bastante toxico para los seres vivos, el mismo deuterio. Con no muchas ingestas, el sujeto perdía el control de si mismo.
Así empezó el cisma entre la casta religiosa y la de los navegantes. Los religiosos aseguran que seres de otra galaxia ocupan nuestro lugar de los consumidores en nuestro plano. Y los navegantes afirman que no se trata nada mas que de un complejo disociativo propio de navegar entre planos de existencia. No hace falta decir que para algunos, la astronavegación es mas fe que ciencia.
Hace algún tiempo vi a un miembro de la casta religiosa usarla, un antepasado de la estirpe de AVALI. Este, fue capaz de dibujarnos con su mente, un dibujo en el aire de nuevas rutas en nuestro universo. Haciendo lo que las maquinas de los navegantes tardaban en hacer horas, incluso días a veces. Poco tiempo después hubo que encerrarlo en una campana multiforme, ya que se creía fervientemente que su cabeza implosionaría y traería a nuestro plano una flota de estrellas de la muerte. Así paso el resto de su vida hasta que nos atacaron. Ese día se le permitió coger una nave con la que combatir a nuestros enemigos. Aun todavía sus descendientes cargan con la maldición del deuterio.
Así fue como comenzamos a tomar de nuevo la droga del deuterio, para conseguir una solución a nuestros problemas. Todo el mundo pudo ver hasta donde había llegado nuestra desesperación.
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